LOS LÁCTEOS, ACLARANDO CONCEPTOS

Hace años, los lácteos estaban dentro de la categoría de alimentos proteicos que con el tiempo pasaron a conformar un grupo de alimentos per se. En la sociedad occidental son considerados alimentos básicos nutricionales. Veamos si son tan necesarios y beneficiosos como la industria nos quiere hacer creer.
Parece obvio que la leche de cualquier mamífero es un alimento diseñado por la naturaleza para amamantar a sus crías. Y cada tipo de leche, en función del animal que la produce (vaca, yegüa, cabra, humana…) tiene una composición nutricional específica adaptada a las necesidades de crecimiento de sus crías y no de aquellas de otros mamíferos. No necesita lo mismo un ternero recién nacido de 40 kg de peso que en 4 días se va a poner en pie que un bebe de 3 kg que va a tardar 1 año aproximadamente en echarse a andar.
Los humanos somos los únicos mamíferos que seguimos ingiriendo leche, encima la de otro animal, una vez producido el destete.
 
La industria ha conseguido que un alimento no consumido ni necesitado durante millones de años de evolución, se considere ahora como imprescindible, sobre todo en occidente. Históricamente en muchos países orientales como por ejemplo China y Japón, no se han consumido productos lácteos sin repercusiones negativas del tipo que se le achacan a su carencia. De hecho estos países presentan las tasas más bajas de osteoporosis y países altamente consumidores como los europeos o EEUU, presentan las tasas más altas. A este fenómeno se le conoce como la paradoja del calcio.
 
Repasemos brevemente qué es la osteoporosis. Se define como enfermedad esquelética, caracterizada por una disminución de la resistencia ósea que predispone al paciente a un mayor riesgo de fractura. Se trata de un debilitamiento del hueso que se da con el envejecimiento por perdida de estructura proteica (colágeno ), perdida de minerales y vitaminas. No sólo de perdida de calcio.
Veamos que dicen algunos estudios científicos:
– Seguimiento de dos cohortes en Suecia de más de 100.000 personas durante un periodo de entre 11 años en mujeres y 20 en hombres
 
No se encontró reducción del riesgo de fracturas al comparar el consumo de un vaso de leche frente a tres vasos de leche. Es más, se vio en mujeres que a mayor consumo de leche, mayor riesgo de fracturas ( esto último es una observación )
 
 
 
 
  
INTOLERANCIA A LA LACTOSA
 
La lactosa es el hidrato de carbono de la leche compuesto por glucosa + galactosa y que debe de ser roto por una enzima llamada lactasa para que podamos absorber cada molécula de glucosa y galactosa por separado ( lo que llamamos monosacáridos ). El problema viene cuando no fabricamos suficiente lactasa y no podemos romper ese doble enlace lo que causa muchos malestares digestivos. Esto afecta a un 70% de la población mundial, es decir lo habitual es no digerirla bien. Se ha visto que en las zonas donde llevan más tiempo consumiendo leche, como en el norte de Europa ha habido una adaptación y presentan menos niveles de intolerancia por ejemplo en Dinamarca tan sólo un 4%.
 
Los productos fermentados como Kefir, yogures o quesos presentan menor cantidad de lactosa. Además en el proceso fermentativo, las bacterias responsables de ello acumulan lactasa que ayudan a su asimilación.
 
 
CONTRAINDICACIONES DE LAS PROTEINAS LACTEAS DE LAS VACAS
 
Se ha visto que a diferencia de otras proteínas animales, las proteínas lácteas, que son mayoritariamente Caseínas y en menor medida Albúminas, pueden ocasionar una alteración metabólica denominada resistencia a la insulina ( el cuerpo pierde eficacia para gestionar la glucosa y se elevan sus niveles ). Y también se elevan los niveles de IGF-1 (insulin-like growth factor-1 igf-1) que es un factor de crecimiento insulinotrópico que hace que los terneros crezcan muy rapidamente. De hecho se extrae en forma de polvo (Whey) y lo toman algunos culturistas como suplemento para mayor desarrollo muscular. EL IGF-1 está contraindicado en casos de cáncer porque se ha visto que puede favorecer el desarrollo de los tumores.
 
Ver https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15562834
 
Por todo lo expuesto anteriormente podemos deducir más inconvenientes que beneficios. Mi recomendación es que si quieres tomar lácteos, lo hagas procedentes de animales más pequeños cuya leche podemos asimilar mucho mejor, y en forma de yogures o kéfir que aportan beneficios probióticos a nuestra flora. Y en cualquier caso, el que quiera tomar lácteos de vaca que lo haga procedente de vacas saludables que anden pastando hierba rica en omega 3 y eviten aquellas que son alimentadas con piensos tratados con pesticidas y cereales transgénicos ricos en omega 6.

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